Lo que dejó el 2009

Es increíble cómo el tiempo se vuelve relativo.
Cuando estaba en la escuela los días parecían eternos, me sentaba siempre a un lado de la ventana porque me gustaba ver las hojas de los árboles cambiar de color. A veces solamente las veía mecerse con el aire y cuando salía del trance me daba cuenta que miles de flores rojas cubrían las jacarandas, solo asi sabía que los meses habían pasado y que estabamos a mediados de marzo.
Mis amigas y yo nos dejabamos guiar por el paisaje para asegurarnos que las semanas iban transcurriendo, veíamos si el pasto era verde o si era amarillo, si una alfombra de flores cubría los pasillos de la escuela desprendiendose una tras otra como lluvia de otoño, notabamos si entraba más luz entre las jacarandas o si eran tan tupidas que mantenían los salones a la temperatura de un invernadero, veíamos cuando la viejecita entraba con sus canastos a la escuela a cortar guayabas y sabíamos asi que ya podríamos comerlas entre las horas de descanso. Así mediamos el paso del tiempo... así pasaron 4 años.
Los días para mí ahora pasan diferente, se van volando conforme el trabajo se acumula o pasan lento cuando se espera un nuevo proyecto.
Este año me he dado cuenta de lo mucho que he viajado y lo poco que he dormido, de las cosas que se fueron cumpliendo y sobre todo de lo mucho que me gusta mi vida.
En 2009 hice más de lo que recordaba, produje un programa de t.v., el segundo congreso de comunicación, di clases en el primer taller de cortometraje de la ciudad, terminé mi proyecto de tesis, me gradué, asistí la dirección general de expresión en corto, viví un mes en San Miguel, fuí crew de dos comerciales y un video musical.
En 2009 adopté a maya, nacieron Rodrigo, Enya y Sebastian, se murió mi pez gary, cumplí 22 años, crecí 3 centímetros, subi 4 kilos, deje de tomar medicamento, me caí una vez, pasé en promedio 48 horas en autobus y celebré la navidad el 23 en lugar del 24.
Este año he disfrutado cada uno de sus días y ahora comienzo a extrañar lo que ha quedado lentamente atrás.
Cada uno de los meses formaron parte importante de quien soy ahora y quien seré mañana.
Espero los que ocupen el escritorio que alguna vez tuve en mis días de estudiante, volteen a la ventana y vean pasar los días con el color de los árboles...Porque una vez que esos años terminan, la vida nos hace medir el tiempo de manera diferente.
A todos los que han sido parte de mi vida este maravilloso año ¡Muchas gracias!
(Foto: ventana del salon comstar. yaz portugal)

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